En el bunker de Berlín, Adolf Hitler pasó sus últimos días en medio de delirios que viraban de la megalomanía a la depresión, obsesionado por la inminente caída provocada por el Ejército Rojo.

Finalmente, el 30 de abril de 1945 se suicidó y luego su cuerpo –junto al de Eva Braun– fue incinerado por sus colaboradores más cercanos. Según se cree, sus restos fueron trasladados a Moscú.

Dos días antes del suicidio, alguien tomó la foto que ahora toma estado público, donde se ve al jefe nazi en la puerta del bunker berlinés, acompañado por un oficial de las SS.