En un escenario global donde cada vez más personas buscan nuevos horizontes para reinventarse, Tailandia se posiciona como uno de los destinos más atractivos para quienes desean Emigrar en un entorno exótico, vibrante y lleno de oportunidades.

La combinación de infraestructura moderna en las grandes ciudades, como Bangkok y Chiang Mai, junto con un ritmo de vida más tranquilo en las zonas costeras o rurales, hace de este un destino versátil para quienes buscan emprender, trabajar de forma remota o simplemente cambiar de aire.

Cuáles son las visas que te permiten emigrar a Tailandia

Emigrar a Tailandia: ¿Cómo puedo hacerlo?
Emigrar a Tailandia: ¿Cómo puedo hacerlo?

Quienes desean establecerse en Tailandia con un trabajo asegurado tienen varias alternativas de visado laboral. 

Una de las más comunes es la Visa No Inmigrante B, adecuada para quienes cuentan con una oferta de empleo previa o buscan iniciar un proyecto propio. Esta visa habilita tanto para trabajar en relación de dependencia como para desarrollar actividades independientes.

Otra opción es la Visa No Inmigrante B-A, pensada para quienes son contratados por compañías tailandesas. En este caso, la empresa debe demostrar que el puesto no puede ser cubierto por ciudadanos locales, y debe presentar una serie de documentos como respaldo.

La Visa Inteligente (Smart Visa), en tanto, apunta a atraer profesionales calificados en áreas estratégicas como ciencia, tecnología e innovación. Se trata de una alternativa muy atractiva para expertos, ya que permite estancias prolongadas y no requiere permisos de trabajo adicionales.

Finalmente, quienes desean enseñar inglés u otras materias pueden optar por la Visa de Profesorado, una vía muy elegida por educadores extranjeros. Para acceder, es imprescindible contar con título universitario y certificaciones como TEFL o TESOL, requisitos que garantizan estándares de calidad y habilitan oportunidades dentro del sistema educativo tailandés.

Cómo solicitar la visa para emigrar a Tailandia

Para obtener una visa laboral en Tailandia, el punto de partida es contar con una propuesta concreta de empleo. Sin una oferta formal, no es posible iniciar el trámite. Por lo general, las compañías brindan asistencia durante el proceso, aunque es fundamental tener toda la documentación en orden desde el comienzo.

Una vez asegurado el puesto, corresponde al empleador gestionar un permiso de trabajo ante el Ministerio de Trabajo tailandés. Este documento es indispensable, ya que valida la legalidad del puesto y habilita el siguiente paso: la solicitud de visa.

Con el permiso ya concedido, se puede iniciar el pedido de visa en alguna embajada o consulado de Tailandia. En ciertos países existe la opción de hacerlo en línea, aunque lo habitual es que se requiera una entrevista presencial y la presentación de documentos como el pasaporte, fotografías, certificados laborales o educativos y análisis médicos.

Una vez aprobada la visa y con ingreso autorizado, el último paso es completar el registro del permiso de trabajo ya en territorio tailandés. Esta instancia es clave, ya que habilita a desempeñarse legalmente dentro del país y marca el comienzo oficial de la actividad laboral.

Qué debés saber si emigras a Tailandia

En 2025, el salario mínimo en Tailandia se sitúa entre 300 y 350 baht por día, aunque los ingresos de los trabajadores extranjeros suelen ubicarse muy por encima de ese rango, dependiendo del rubro.

Uno de los grandes atractivos del país es su bajo costo de vida, especialmente fuera de la capital, Bangkok. Esto hace que sea posible mantener un buen nivel de vida e incluso ahorrar, aun con sueldos que, en otros destinos, podrían parecer más ajustados.

Respecto al idioma, no es indispensable hablar tailandés para acceder a la mayoría de los puestos destinados a extranjeros. No obstante, tener nociones básicas del idioma local puede marcar una gran diferencia a la hora de integrarse, facilitar gestiones diarias y abrir oportunidades laborales con mayor responsabilidad.

El ámbito laboral en Tailandia se caracteriza por ser cordial y respetuoso, aunque es importante familiarizarse con ciertos códigos culturales. La jornada estándar ronda las 40 horas semanales, y muchas compañías ofrecen descanso durante los fines de semana, promoviendo un buen equilibrio entre trabajo y vida personal.