Arrancó levantando temperatura y ya no hubo como pararlo. Nahuel Suárez rompió todos los manuales de estilo del periodismo y se lanzó de cabeza a un free style de denuncia, amenazas, frases tumberas, mensajes directos, bronca, revisionismo histórico, sociología sobre el personal de seguridad, reivindicación de cuanto se la banca, apuesta por su hijo en un supuesto mano a mano con el patovica, enceguecido, y todo el tiempo desoyendo las advertencias de que bajara un cambio.

"Pido disculpas al público porque hice catarsis" terminó después de reconocer que se había excedido, cuando ya se había pasado cinco pueblos de donde debía haber llegado.