Ocurrió en Zimbabue, donde Guy Whittall, de 40 años, director del hotel rústico Humani, pasó la noche entera junto a un cocodrilo de 136 kilos y 2,5 metros de largo, que había entrado sigilosamente y se había ubicado debajo de su cama.

Al despertar, Whittall contó que se posó sobre el borde de la cama con los pies colgando, a pocos centímetros de la cara del cocodrilo. Sin embargo, el hombre no había notado la presencia del reptil en ese entonces, sino que se enteró cuando estaba preparando el desayuno en la cocina y escuchó los gritos de la mucama.


Whittall volvió corriendo a su habitación y se sorprendió al ver al enorme cocodrilo debajo de su cama. "Lo que es realmente desconcertante de todo esto, es que yo estaba sentado al borde de la cama con mis pies colgando a centímetros de la cabeza del cocodrilo", dijo el hombre en declaraciones al diario Daily Mail, y agregó que "los cocodrilos son expertos en ocultarse, por eso han sobrevivido durante tanto tiempo en la Tierra".

Inmediatamente, Whittall llamó a sus colaboradores que lo ayudaron a sacar al reptil de su nueva guarida, para liberarlo nuevamente en la presa Chigwidi de Humani. "Se resistió a ser acorralado pero lo logramos. Atrapar a un cocodrilo de cualquier tamaño es sencillo, pero hay que tener experiencia en eso", aseguró el hombre.

"Estoy bastante seguro que a partir de ahora todos los residentes de Humani van a chequear debajo de sus camas antes de irse a dormir", concluyó Whittall.