Con la llegada de un nuevo fin de semana largo, muchas personas comienzan a buscar opciones de viajes accesibles sin tener que recorrer muchas distancias. Dentro de estas propuestas, hay Escapadas ideales porque combinan descanso, naturaleza y bienestar.

Entonces, las Termas del Salado se presentan como una opción tentadora, sobre todo por su cercanía con CABA. Además del acceso sencillo, la posibilidad de disfrutar beneficios terapéuticos en un viaje, hacen que este sitio sea una excelente opción para unas vacaciones relax.

De qué se trata la escapada a las Termas del Salado y qué más se puede hacer en General Belgrano

Las Escapadas a lugares con aguas termales
Las Escapadas a lugares con aguas termales

A pocos km del centro urbano, General Belgrano invita al descanso con el parque termal privado que ofrece una experiencia única. Sus aguas, reconocidas por su alta concentración mineral, brotan a una temperatura de 41° desde una profundidad de casi mil metros.

Rodeado de amplios espacios verdes, quinchos, un spa, propuestas gastronómicas, juegos para chicos y comodidades pensadas para el visitante, este complejo se convirtió en una gran joya turística de la región.

Pero la ciudad no se agota en sus termas: El Río Salado, que nace en el sur santafesino y desemboca en el Río de la Plata, rodea General Belgrano y le otorga un carácter único: Es una localidad bonaerense levantada a orillas de este curso de agua. Paseos junto al río, actividades náuticas y jornadas de pesca o descanso se vuelven parte del plan ideal para conectar con la naturaleza.

A unos 13km del casco urbano, sobre la ruta provincial 41, se encuentra el Bosque Encantado, una reserva con más de 80 especies vegetales centenarias y decenas de aves. Entre senderos y paisajes, se puede visitar el casco antiguo de la Estancia Santa Narcisa, hoy convertido en museo, para conocer el estilo de vida rural del siglo XIX en un entorno lleno de historia.

Para quienes viajan en familia, la Granja Educativa Puilque ofrece una propuesta distinta: Recorridos por un bosque recreativo de dos hectáreas, contacto directo con animales, cosecha en huertas orgánicas y paseos botánicos. Allí también está la primera Ecoludoteca de Buenos Aires, un espacio lúdico que fusiona juegos con educación ambiental, en una casa sustentable construida con materiales naturales y energías limpias.