La madre del niño le afeitó la cabeza y las cejas cuando éste tenía seis años para simular los efectos de la quimioterapia e incluso, en varias ocaciones lo obligó a usar una silla de ruedas.


En su presentación ante un tribunal de Gloucester -oeste de Inglaterra-, la acusada admitió un cargo de crueldad infantil, ocho por fraude al Estado y otro por falsificar los documentos médicos que acreditaban la supuesta enfermedad del menor.


Por la “invalidez” del niño y los cuidados que debía proporcionarle, la madre solicitó una pensión que ascendía a 86.000 libras anuales -136.000 dólares-, a las que quiso sumar otros ingresos por tener en su casa otros chicos a su cargo cuando en realidad no existían.


"No tengo dudas de que usted ha perdido cualquier capacidad para contar la verdad", dijo el magistrado durante el juicio.


La mujer mantuvo la farsa incluso en Estados Unidos, país al que llevó al niño de vacaciones en silla de ruedas para "poder saltarse las colas de los juegos" de un parque temático de Florida.