El lugar estaba habilitado como restaurante y no como boliche, pidieron el permiso pero no lo recibieron. De todos modos abrieron las puertas e hicieron una fiesta para más de 100 personas, incluyendo menores y fueron tan inteligentes que la trasmitieron en vivo por lo que llegó la policía y se llevaron a todos presos.

En la fiesta no se respetaba ninguna medida de prevención y puso en jaque a una provincia que venía flexibilizando la cuarentena por la baja cantidad de casos.