El hecho sucedió el martes de mañana en la Estrada do Varejão, en el barrio Lami de la ciudad gaúcha de Porto Alegre, donde la Policía Militar acudió informada de un accidente de tránsito en el que un auto se estaba incendiando. 

Al llegar, informaron que la protagonista del choque e incendio “era una señora que estaba bien físicamente, pero parecía desorientada. No podía comunicarse, y en ese momento, los policías pensaron que estaba así por el accidente, que se había golpeado la cabeza o estaba nerviosa. Corrieron hacia el auto en llamas para verificar si había alguien más en el vehículo, podría haber una víctima inconsciente, otro anciano”. 

Eso explicó el comandante de la 21ª Brigada Policial Militar, el mayor Fabiano Henrique Dorneles. Y detalló que mientras los uniformados revisaban el vehículo incendiado, la mujer se subió al patrullero y se escapó, incluso casi atropella a los policías. 

Entonces, como en una película, los policías detuvieron al primer vehículo que pasó por el lugar, se subieron y le ordenaron al chofer la cinematográfico frase: “Siga a ese auto”. 

Durante la persecución, los agentes solicitaron refuerzos y finalmente cerca de la frontera entre Porto Alegre y Viamão, la mujer se detuvo y bajó del vehículo con las manos en alto. 

Allí fue arrestada y se le practicó una espirometría cuyo resultado evidenció “un alto consumo de alcohol”. Una vez en la taquería, la mujer se negó a prestar declaración. Según los agentes, “por la cantidad de alcohol que tenía en la sangre, no estaba en condiciones de hablar”. 

Escena final

Cuando le avisaron que se le abriría una investigación, la mujer bajó su mirada, la cámara le hizo un primer plano, luego se enfocó en sus ojos, vidriosos, inyectados… pantalla a negro.