Luego de que el Gobierno deportara y separara de sus hijos a Vanessa Gómez Cueva, una joven peruana que había sido condenada por comerciar una pequeña cantidad de cocaína y haber cumplido cuatro años de prisión, finalmente se levantó la prohibición que recaía sobre ella y podrá reencontrarse con sus hijos.

Pero parece ser que para Miguel Ángel Pichetto, el hecho de haberle dado el derecho de estar con sus hijos, de cuáles fue separada de manera engañosa para subirla a un avión y enviarla a su país luego de haber vivido y estudiado enfermería en Argentina, está mal. 

El candidato a vicepresidente sacó a relucir toda su xenofobia y odio hacia el extranjero nada más ni nada menos que con Eduardo Feinmann en radio La Red donde declaró "la argentina esta enferma. va volver una peruana que fue condenada a cuatro años por narcotráfico por una cuestion de integración familiar, y esta mujer vendía droga a los pibes y destruía familias. estamos enfermos". 

Cueva fue expulsada el primero de febrero, cuando la Policía Federal se la llevó de su casa en La Plata junto a su bebé más pequeño "para firmar unos papeles".

Al otro día metieron a Vanessa en un avión y la sacaron de vuelta a Lima. Desde aquel día Vanessa no ve a sus hijos de 6 y 14 años, nacidos en Argentina, y quienes vivieron todo este tiempo con su tía y su abuela. Aquel día no se despidió de ellos porque pensó que regresaba.