Hasta ahora, los automovilistas que van y vienen, desde y hacia el oeste, debían esquivar la línea del ferrocarril pasando por el clásico puente en el ingreso de la ciudad bonaerense de Luján. Un puente corto de dimensiones pequeñas cuya funcionalidad quedó completamente en el tiempo, ya que apenas puede avanzar un único vehículo de gran porte, retrasando al resto y generando largos embotellamientos.

Si bien los tramos más largos -la autopista llega hasta Merecedes- fueron inaugurados durante el Gobierno anterior, en los últimos dos años esta obra aceleró los trabajos, quizá se aceleraron demasiado de hecho.

En declaraciones a Luján en Línea, Diego Hormaechea de la Unión Ferroviaria explicó las irregularidades que se demuestran tanto a nivel planificación como a nivel trabajos de campo. Cuando se instalaron los puentes de hierro se dieron cuenta que las medidas no son las que se necesitan para el correcto funcionamiento de la línea ferroviaria de larga distancia. Un verdadero papelón.