Los turcos están encabezando la campaña internacional en oposición al régimen en Siria de Al Assad. Pero las relaciones fueron empeorando con el paso de los meses, sobre todo en junio, cuando un avión de vigilancia turco fue derribado por las defensas antiaéreas sirias.

Como respuesta, Turquía contestó el ataque con un bombardeo y -tiempo después- retuvo a un avión sirio en Moscú por acusarlo de trasladar material militar. Con los espacios aéreos cerrados para ambos, el conflicto fue de una creciente tensión bélica.

Pero ese no es el único problema de Siria, sino que desde el año 2011 enfrenta una guerra civil con los rebeldes, quienes pelean por profundos cambios en el gobierno, como por ejemplo vivir en democracia y con respeto a los derechos humanos.

Las muertes en Siria a raíz de los conflictos se calculan en miles y la población emigra a la locación más cercana: Turquía, desde donde afirmaron que están sobrepasados en su capacidad de alojar a refugiados, que se concentran en unos 14 campamentos.

El gobierno turco tuvo que empezar a repartir ayuda humanitaria en algunas tiendas de campaña provisorias -que están ubicadas en la frontera- donde se encuentran unas 14 mil personas más, a la espera de cruzar la línea que divide a los dos países y escapar de suelo sirio.

El sábado pasado, las autoridades turcas acogieron en la frontera por primera vez a diez soldados sirios leales al régimen de Bashar Al Asad, que huyeron de los combates en una ciudad fronteriza.

Por otro lado, Alemania no descartó la posibilidad de acoger a algunos refugiados, según comentó el Ministro de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle.

Durante este miércoles, desde el Vaticano anunciaron que el Papa, Benedicto XVI, enviará una delegación oficial a Damasco (Siria), para mostrar “fraterna solidaridad a toda la población”.