Como ya establecieron diferentes analistas de la realidad social argentina, marzo último fue el más complicado de los meses en lo que lleva de gestión Mauricio Macri, con marchas y piquetes casi cotidianos en territorio porteño y del conurbano. No es para menos: el ajuste macrista no se detiene.

Y de hecho, como viene ocurriendo desde principios del año pasado, cuando se inició la ola de despidos en la administración pública, son los trabajadores estatales los que en más ocasiones se movilizaron por las calles de la capital argentina y de las principales ciudades del país.

Así se determina en el reporte mensual que elabora la consultora Diagnóstico Político (DP), precisando que el mes pasado se registraron 518 piquetes en todo el país, lo que significó un fuerte aumento del 118 por ciento respecto febrero.

Pero como el ajuste no se detiene, tampoco está previsto que se apacigüen las marchas contra las políticas oficiales, que apuntan a liquidar derechos laborales y en el camino deja un tendal de despedidos y salarios depreciados.

Todo lo contrario, dice DP: "De cara al mes de abril, es probable que el nivel de piquetes se mantenga en altos niveles", estiman, señalando que “el trasfondo que potencia esta situación es un contexto socio-económico que se sigue presentando como desfavorable, caracterizado por una muy tibia recuperación y que se da tan sólo algunos sectores”.

Así lo explica el fundador y director de DP, Patricio Giusto, advirtiendo que “la mayoría de los indicadores económicos y sociales siguen siendo decepcionantes".

Los distritos donde más piquetes se produjeron en marzo fueron provincia de Buenos Aires (127 bloqueos y una fuerte suba de 164 por ciento); Ciudad de Buenos Aires (120, con un “notable" aumento de 650 por ciento); Santa Fe (34), Neuquén (32) y Santa Cruz (24); Misiones (20); Entre Ríos (19); Jujuy (16) y Formosa (15).