El fin de semana largo, que se volvió emblema del relajo durante los gobiernos kirchneristas, ya no son como antes. Además de ser menos, son más austeros. Si bien la gente viejó, hizo todo lo posible para ajustar el bolsillo a la nueva realidad económica. 

Según datos de CAME, un millón de personas se desplazaron por el país durante el feriado por el Día del Respeto a la Diversidad Cultural, 2,6% más que el año pasado. Pero con estadías más cortas, destinos más cercanos y desembolsos muy moderados.

Con una estadía media de 2,5 días, levemente menor a los 2,8 días promedio de estadía del año pasado, los turistas gastaron en forma directa $2.375 millones, con un promedio por jornada y por turista de $950, 23,4% superior al mismo feriado 2017, precisó la entidad en un comunicado.

En lo que va del año ya hubo siete fines de semana largos (tres extralargos), donde viajaron un total de 9.138.000 turistas que gastaron $25.360 millones.

"En estos últimos feriados del año, el turismo interno se está viendo favorecido por el tipo de cambio más alto, que desalienta el desplazamiento hacia países vecinos (Brasil y Chile principalmente) y explica en parte el incremento en la cantidad de turistas que mini vacacionan fronteras adentro", explicó la CAME.

Según el relevamiento realizado por CAME en 40 ciudades turísticas, las ventas de bienes y servicios asociadas al movimiento de este sector cayeron 4,53% frente al mismo fin de semana de 2017. 

Los destinos más elegidos el fin de semana fueron la Costa Atlántica, Córdoba, Bariloche, Entre Ríos, Mendoza, Misiones, Salta, y el interior de la provincia de Buenos Aires que promocionó interesantes festejos.

Mar del Plata, Cariló, Pinamar, Villa Gesell y San Bernardo tuvieron muchos turistas que aprovecharon el buen clima para ir a la costa y hacer la tradicional búsqueda de alojamiento para el verano.

Con un movimiento de turistas similar al año pasado, Valle de Punilla, Carlos Paz y La Falda se destacaron como las zonas más concurridas en Córdoba; mientras que en Santa Fe hubo altos niveles de ocupación en localidades como Romang, San Javier, Helvecia, Santa Rosa de Calchines, Sauce Viejo, todas vinculadas a la costa, río y playa.

En Mendoza los niveles de ocupación se aproximaron a 90% en el Gran Mendoza, 80% en Valle de Uco y Alta Montaña y 85% en Malargüe, con mucho turismo regional y argentinos que en otro momento cruzaban fronteras que se quedaron haciendo turismo local; y en San Juan hubo mucha circulación de turistas y excursionistas como dificultades en algunas ciudades para conseguir alojamiento.

En San Luis, Potrero de los Funes tuvo un movimiento inferior al año pasado; y Merlo, con buena concurrencia; y en La Pampa se lograron niveles de ocupación del 80% en esa ciudad aunque más bajos en el interior.

En Jujuy: el movimiento se presentó con una ocupación turística media, con picos altos el domingo; y en Salta los niveles de ocupación que rondaron el 90% en la capital y mucho movimiento turístico en el interior de la provincia.

Tucumán recibió algo más de arribos de turistas y excursionistas que el año pasado, aunque no se reflejó en los niveles de gasto, mientras que en Santiago del Estero sobresalió el turismo familiar pero también se acercaron muchos visitantes en busca de las propuestas originales preparadas.

Formosa estrenó la candidatura a ser una de las 7 maravillas argentinas del Bañado La Estrella; y en Misiones, la ocupación se acercó al 80%.
Con 90% de ocupación y las termas a pleno, Entre Ríos terminó el fin de semana largo con un balance alentador.

En Río Negro, San Carlos de Bariloche fue el polo más visitado con más de 20.000 turistas; otra ciudad concurrida fue Las Grutas.

En Neuquén el movimiento turístico fue levemente superior al año pasado, aunque no así el consumo, que se notó en los bajos niveles de ventas minoristas. Y en Tierra del Fuego el movimiento fue moderado en Río Grande y algo más movido en Ushuaia.