Los gestos dicen mucho, sobre todo cuando las explicaciones verbales no abundan. Y la preferencia artístico decorativa del Presidente, que encaró una renovación estética de su propio despacho y algunas salas de la Casa Rosada, denota que los principales actores de la difícil y rica historia argentina -o por lo menos sus rostros- le provocan jaquecas.

Desde 2009, Cristina Fernández colgó los retratos de de San Martín, Mariano Moreno, Manuel Belgrano y Manuel Dorrego, sus próceres favoritos dejando bien clarito cuál es el manual histórico que guía su pensamiento: el de los que dieron su vida por un país independiente y libre de las potencias internacionales.

El 'Cambio' se nota incluso desde los muebles. La amplia mesa rectangular que reunía a los colaboradores de la expresidenta, fue reemplazada por una pequeña mesa redonda. Imposible no imaginarse la referencia a la mesa chica, al círculo rojo y al gobierno para pocos.

El hecho de que ahora resalten obras del fallecido pintor Luis Benedit -el pintor contemporáneo que coleccionaba Amalia Lacroze de Fortabat- además de una foto del Obelisco, son un claro indicio de que la excusa del país federal que venimos escuchando estos últimos días, está bastante lejos de sus acciones concretas.

En el salón Hombres y Mujeres de Mayo ya no hay próceres. Sale Belgrano, entra el obelisco. Sale el muy concreto...

Posted by Casa Rosada Argentina 2003-2015 on Jueves, 28 de enero de 2016