Desde haces diez días funcionan las formaciones nuevas, y la mejora ya se percibe. Los usuarios del Ferrocarril Sarmiento, que une a la localidad bonaerense de Moreno con la terminal de Once, reconocieron que con la incorporación los trenes de origen chino aumentó la frecuencia de los servicios, se viaja más cómodo y se redujo el tiempo de espera de 15 a 10 minutos en las horas pico.

Los nuevos coches, que tienen cámaras de seguridad en los vagones, son silenciosos y cuentan con puertas y carteles indicadores que funcionan. A diferencia de los anteriores trenes del Sarmiento, que llegan a una velocidad máxima de 70 kilómetros por hora, los recién incorporados alcanzan los 100 kilómetros por hora, aunque el estado de las vías y los intervalos de recorrido entre una formación y otra impide desarrollar ese potencial.

Las unidades chinas llegaron con un sistema automático de frenado ABS. El mismo funciona junto al nuevo señalamiento que están instalando en la línea que atraviesa el oeste de la Capital Federal y el conurbano.

Según publica el diario La Nación, "la mayoría de los pasajeros ya habían experimentado cómo es viajar en las flamantes formaciones, pero para otros era la primera vez".

En la nota publicada en el periódico, se dan a conocer algunos testimonios. "Hoy volví a tomar el Sarmiento, después de casi dos años. Había dejado de usarlo porque era imposible entrar en hora pico y, aunque demoraba más, prefería trasladarme en colectivo. Volver a usar un tren que funcione es un placer", contó Marcela Braile, una pasajera de Versailles que se subió en Liniers y se bajó en Once, donde trabaja", publicó el matutino.

Además, la crónica de Agustina Mac Mullen aclara que "tal es la tranquilidad que había dentro del tren en pleno viaje, que algunos pasajeros aprovecharon el primer tramo del recorrido para dormir, leer y escuchar música en sus asientos. Y si bien en Morón ingresó el mayor caudal de usuarios, que se ubicó en los pasillos, nunca llegó a congestionar el paso entre los vagones. Lo mismo ocurrió en Ramos Mejía, a las 8.06".

"Viajar en estos trenes es maravilloso; no se siente el ruido por el paso de las vías", comentó Jorge Moreno, un comerciante de Merlo que siempre se baja en Liniers, donde trabaja. En tanto, lo que más disfrutó Griselda Gerez, una mujer de Moreno que se gana la vida limpiando en una casa de familia en el centro porteño, es poder respirar: "Siempre que llego a Once, me bajo ahogada por el humo de la marihuana que fuman en el furgón. Pero eso en este tren no pasa, porque está la policía".

Además, el sitio on line "Infobae", también reconoció los avances. Según constato en "los libros de quejas dejaron por un momento los reclamos y dieron lugar a las felicitaciones y expresiones de agradecimiento. Silvia, una vecina de Ramos Mejía, escribió: "Gracias en nombre de los que viajamos en el transporte público y también utilizamos la tarjeta SUBE. La gestión es excelente". Rubén, vecino de Floresta, escribió: "No es un reclamo. Sólo quiero decirles gracias!! Dios quiera que de ahora en adelante, cada día sea mejor".