"Traémelo a mi hijo y a mi hija. ¡No me hagas así! ¡Yo soy el jefe, yo gané! ¡No me vas a meter! ¡Me están haciendo daño, las cámaras!”, gritaba el asesino de la agente Maribel Zalazar cuando los policías lo querían meter en el móvil para llevarlo detenido, mostrando a las claras que sus facultades mentales estaban alteradas.

Oscar Valdez le disparó en una confusa situación, cuando era atendido porque se había sentido mal y de pronto le arrebató el arma a la mujer policía y comenzó a disparar.

Dos tiros ingresaron en el cuerpo de Zalazar provocándole la muerte y Valdez se dio a la fuga hasta que fue detenido a la altura del Sheraton Hotel.