Pablo Cedrón parece haber vivido muchas vidas, y no precisamente por haberse metido en personajes que todos recordamos, sino por su propia manera de sobrevivir. Desde cavar pozos para alambrados, hasta limpiar cintas de casettes -montañas de casettes- se animó a oficios tan disimiles como particulares.

Mientras vivió en Santa Cruz trabajó como guía de parques nacionales y hasta en la fabricación de 'gomina'. Incluso hasta hace poco se desempeñó como profesor de francés. Las mil caras de Pablo Cedrón tienen el humor como hilo conductor.