Cuestión de segundos. Si la mujer no cerraba la puerta a tiempo, seguramente la historia hubiera sido otra.

El intento de entradera ocurrió en la Zona Oeste del Gran Buenos Aires, donde dos delincuentes hombres y dos mujeres intentaron ingresar a la vivienda de esta familia. 

Gracias a los reflejos de la hija mayor, quien fuera la última en entrar, el robo no pudo perpetrarse.