A pesar de los informes periodísticos, las denuncias de sobreprecios y corrupción, Horacio Rodríguez Larreta sigue destrozando calles sanas. 

Pero el problema viene cuando toca un patrimonio histórico como lo es el Palacio Errázuriz, ubicado en la Avenida del Libertador y Pereyra Lucena; allí frente a la sede principal del Automóvil Club Argentino. 

Fue construido en 1944 por  el arquitecto francés René Sergent para el diplomático chileno Matías Errázuriz y su esposa, y representa a una de las mansiones más elegantes y lujosas de la ciudad de Buenos Aires. 

Larreta y las veredas: destruyó un patrimonio preciado de la Ciudad

Alberga, desde aquellos tiempos, la Academia Argentina de las Letras, la Academia Nacional de Bellas Artes, el Museo Nacional de Arte Decorativo y el Museo Nacional de Arte Oriental.

Pero a Larreta no le importa. El Gobierno porteño encaró una de sus tantas obras innecesarias sobre veredas sanas, solo que destruyeron los baldozones originales con incrustaciones en bronce que estaban de épocas inmemorables. 

La gente, indignada en las redes:

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