Semanas atrás, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) suscribía un acuerdo con la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (Afarte) y el gobierno de Tierra del Fuego que congelaba los salarios de los metalúrgicos fueguinos durante 24 meses.

El argumento para semejante despropósito era garantizar la "sustentabilidad" de la industria metalúrgica de la zona y mejorar la "productividad" del régimen industrial fueguino, entre otros postulados.

Sin embargo, para que el acuerdo comenzara a regir formalmente, precisaba todavía la homologación de las partes ante el Ministerio de Trabajo de la Nación, y fue ese trámite el que se negaron a realizar los directivos de la UOM Río Grande.

El rechazo parte de que, luego de conocerse el acuerdo, “se generó un gran descontento entre los trabajadores”, lo que derivó en “este cambio de postura que hoy damos a conocer", explicó el secretario adjunto del gremio, Marcos Linares.

Linares adjudicó la falta de homologación del congelamiento salarial a que "fuimos víctimas de una extorsión por parte del Gobierno Nacional, que nos hizo decidir en 48 horas si perdíamos o no 9.600 puestos de trabajo, cuando en realidad ahora sabemos que ya tomaron la decisión de erradicar la industria fueguina en el mediano plazo", acusó.

Además, dijo que las autoridades nacionales "cambiaron las reglas del acuerdo" cuando "habilitaron hace pocos días las licencias automáticas para la importación de productos electrónicos”, algo que "no fue discutido en las negociaciones previas al acuerdo de noviembre", finalizó.