Con el crecimiento de las cámaras de seguridad en las calles, y los celulares registrando todo, es cada vez más difícil que no haya un registro de lo que ocurre ante un hecho de inseguridad o una refriega.

Más aun si se trata de la puerta de un boliche, donde suelen suceder situaciones donde se mezclan la violencia, el alcohol, el sexo, y las peleas estallan con solo encender una chispa.

Para muestra basta lo registrado por las cámaras de seguridad de La Plata en la puerta de un boliche, donde un patovica le pegó una trompada a un joven que, aparentemente, importunaba a una chica dentro del local hasta que lo sacaron y en vez de irse, siguió provocando disturbios.