La víctima apareció semidesnuda y maniatada al costado de la autopista. Era colaboradora del diario "El Sol" desde hacía seis meses y también había escrito para "El Buen Tono". La redactora se especializaba en notas sobre crímenes.

La joven periodista era madre de un bebé recién nacido y de un niño de cuatro años, ella tenía 32.

Al momento no trascendieron detalles sobre el motivo y la autoría del crimen pero su muerte se suma a un lista de otros periodistas asesinados: según la Procuraduría General de la República, desde el 2000 han sido asesinados 16 reporteros en este Estado, 10 desde hace cinco años, cuando llegó al Gobierno de Veracruz el controvertido Javier Duarte, del Partido Revolucionario Institucional. En todo México han sido asesinados desde el 2000 unos 90 periodistas y 23 están desaparecidos, de acuerdo con la ONG Artículo 19.

En el estado de Veracruz residen el cartel más violento de México, Los Zetas. Este grupo abarca un gran paraguas de actividades delictivas entre las que se incluyen la venta de drogas, la explotación de mujeres para servicios sexuales, comercio ilegal de personas y órganos, el robo de combustible (Veracruz es un importante punto de producción petrolera) y la extorsión indiscriminada a grandes, medianos y pequeños empresarios.

En el mismo estado ya se han conocido otros asesinatos a periodistas: Moisés Sánchez, editor de un semanario local, fue secuestrado por un comando y asesinado en 2015, el de Regina Martínez, corresponsal en Veracruz de la reputada revista de investigación Proceso, fue asesinada en su casa en 2012. Y Gregorio Jiménez, otro reportero local ejecutado por criminales y enterrado en una fosa en 2014, entre otros.