Recientemente Nahir Galarza brindó una entrevista en televisión donde contó sus problemas con otra interna, Ludmila Soto: una expolicía condenada por torturas a detenidos en Rosario del Tala. 

Según Nahir, la chica es lesbiana y estuvo detrás de ella durante un tiempo. En la charla, expresó: "Al principio yo pensé que era jodiendo porque teníamos una relación de amigas, y después ella se empezó a confundir y entonces le aclaré que estaba todo bien pero que me gustan los chicos, entonces se enojó".

El juez de garantás, Elvio Garzón, dispuso entonces una restricción. Pero la interna negó los cargos y pidió ser cambiada de pabellón, aduciendo una maniobra de Galarza para lograr un traslado y fugarse. 

Su relato a la jefa de la Unidad Penal 6 es realmente aterradora y devela cómo es la convivencia diaria de la rubia con sus compañeras. Comenzó expresando: "Temo por mi integridad física, ya que en reiteradas ocasiones, cuando aún mantenía relación de compañerismo, Galarza me mencionó la intención de atentar contra la humanidad de Griselda Bordeira (ex concejala procesada por narcotráfico)". 

Y continuó: "Que iba a ahorcarla con una toalla una de esas noches, y que tenía varias alternativas para terminar con su vida, pero temo por sobre todas las cosas, que la interna se autolesione, ya que en más de una oportunidad mencionó su intención de golpearse por consejo de su padre, y responsabilizar a Bordeira, ya que habían tomado conocimiento de la denuncia en su contra".

"Hoy, tras la medida de restricción, me genera una preocupación extrema que lo lleve a la práctica y me responsabilice", dijo en un escrito, donde asevera: "Temo por mi salud psíquica, ya que no descanso lo necesario por temor a que ocurra una situación en horas de la noche, ya que Nahir no duerme, deambula por el pabellón en actitudes extrañas, como pararse sobre muebles, permaneciendo inmóvil, observando un punto fijo por largo tiempo en la oscuridad, situación que informamos al Servicio Penitenciario". 

"Ante la falta de respuestas, acordamos con las restantes internas dormir por turnos como una especie de guardia, para cuidarnos entre nosotras", agregó.

"En el último hecho acontecido, secuestran un celular a la interna Galarza, quien automáticamente responsabiliza a otras internas y a mí. A partir de esta situación, mi pareja recibió llamadas intimidatorias del padre de Nahir Galarza", detalla.