"Los profesionales de la salud deben reconocer que los trastornos del juego pueden tener consecuencias graves para la salud", señaló Vladimir Poznyak, responsable del Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en declaraciones a New Scientist.

Esta afirmación se hizo de cara a la inclusión de los trastornos por el abuso de videojuegos en la próxima edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-11) para resaltar los problemas patológicos y de adicción que pueden generar. 

Este trastorno se caracteriza por un patrón de comportamiento de juego "continuo o recurrente" y, aunque todavía no se ha cerrado la definición, la OMS vincula este nuevo trastorno a tres condiciones negativas provocadas por el mal uso de los juegos digitales.

Para evaluar el trastorno se debe tener en cuenta, en primer lugar, la falta de control sobre el inicio, frecuencia, intensidad, duración, finalización y contexto en que se juega. Segundo, al aumento de la prioridad que se otorga a los juegos frente a otros intereses vitales y actividades diarias. Y tercero, al mantenerse la conducta o darse una escalada "a pesar de la ocurrencia de consecuencias negativas". 

Poznyak aclara que la mayoría de las personas que juegan videojuegos no sufre ningún trastorno, del mismo modo que la mayoría de las personas que beben alcohol tampoco. Pero hay circunstancias en que el uso excesivo puede generar efectos adversos, según este experto de la OMS.

Aunque hay opiniones encontradas sobre el impacto en el abuso de los videojuegos ya que algunos expertos sostienen que "no está nada claro que estos problemas puedan o deberían atribuirse a un nuevo trastorno".