Desde la última ley de radiodifusión que aún está vigente, es obligación que los propietarios de medios de comunicación sean claros y estén informados oficialmente, cosa que obviamente no sucede en el diario La Nación.

Cuando murió Bartolomé Mitre, los Saguier, la otra familia propietaria del medio, hizo algunos manejos para quedarse con parte de las acciones de los Mitre.

En ese pasamanos presuntamente Mauricio Macri y un grupo de empresarios amigos pusieron muchos millones de dólares para ayudar a las Saguier a saldar algunas deudas.

La Justicia finalmente le dio la razón a Esmeralda sobre las acciones que le correspondían legítimamente y los Saguier están muy flojos de papeles.

La Inspección General de Justicia finalmente tomó cartas en el asunto y está pidiendo el listado de inversores a fin de conocer a ciencia cierta a quienes pertenece el medio.