Con la aprobación de la ley que admite el tratamiento con marihuana en casos en que los médicos así lo acrediten, Argentina se unió a la lista de los países que reconocen las virtudes terapéuticas del cannabis sativa, y que ya es legal para tratar enfermedades como el cáncer, VIH, artrosis a fibromialgia, esclerosis y sobre todo la epilepsia, como sucede en Canadá, Israel, gran parte de Estados Unidos, Uruguay, Chile, Alemania, Italia, Finlandia y Noruega, entre otros.

En dos meses la norma deberá estar reglamentada, y entonces el Estado deberá poner en marcha los mecanismos para estudiar los beneficios, desarrollarlos y producir diferentes genéticas apuntadas a distintos tipos de enfermedades, ya que no todas las dolencias necesitan del mismo tipo de cannabis.

Hernán Godoy y Florencia Zárate, viven junto a su hija Uma en Florencio Varela, y debieron probar varias genéticas hasta dar con la que finalmente le cambio la vida a su pequeña hija de cuatro años. En 2016 la nena fue diagnosticada con epilepsia: "Hasta el año pasado ella no sabía su nombre, no nos miraba, y sólo se expresaba a través de sus gritos de dolor. Desde que empezamos a darle cannabis, habla, sonríe, juega, corre", relató Florencia a Infobae. "También aprendió a cantar canciones", interrumpió la hermanita mayor de Uma, de 8 años.

Los estudios médicos que le realizaron la semana pasada evidenciaron que Uma no registró impulsos eléctricos, los ataques característicos de la enfermedad: "Si no la hubiera revisado antes diría que no tiene nada", les dijo el doctor.

La familia cultivó en el jardín de su casa hasta dar con la planta perfecta para la salud de Uma, pero de haberlos descubierto la fuerza policial, podrían haber visto trunco su sueño de mejorar la calidad de vida, incluso podrían haber tratado de "narcotraficantes" a Hernán y Florencia.

"Nosotros fuimos probando diferentes plantas y había algunas genéticas que no le hicieron nada. Hasta que encontramos esta y no lo podemos creer. No nos pueden sacar nuestras plantas. Uma además las riega, les habla, sabe que son suyas", contó emocionada la mamá.

Marcelo Morante, del departamento del Dolor de la Universidad Nacional de La Plata, es uno de los primeros médicos en gritar las bondades medicinales de la  marihuana y en militar para que la UNLP le permitiera estudiar el cannabis.

Para Morante, "los legisladores hicieron ley un sentimiento social" pero hay una deuda importantísima. "El autocultivo es la mejor forma y más natural de regular el mercado. Si no, vamos a tener una medicina para pocos", advirtió sobre lo que significará la inclusión del aceite de cannabis dentro de la industria farmacéutica.

"El Estado tiene que regular el autocultivo, no combatirlo ni criminalizarlo. Debe establecer estándares de calidad y apoyarse en los que vienen trabajando hace años, que conocen lo que la planta nos enseña respecto del dolor", sostuvo.