Malia de 17 años y Sasha, de 14, decidieron conocer un poco más de la noche porteña y llamativamente eligieron comida fusión y no algo más típico de Buenos Aires. 

El restaurante elegido fue el costoso Olaya y junto con su abuela, Marian Robinson, y la comitiva;  las jóvenes gastaron  la friolera de 7.000 pesos en un restaurante con servicio de mesa a cincuenta pesos por comensal y botellas de agua mineral a ochenta pesos. 

 José Castro Mendivil, el chef del local, aseguró a la prensa que "probaron un poco de todo" y que "comieron un montón".

La fortuna que se gastaron las hijas de Obama en un restaurante de Palermo