Este es el texto completo:

En los últimos tiempos he vivido momentos de angustia y de zozobra por cuestiones que tienen que ver con mi salud. Gracias a Dios eso paso. Estoy muy bien. Respondí muy bien a la operación y a los tratamientos postoperatorios.

Desde el 31 de agosto, día que fui operado, estoy alejado de los medios. Mi único contacto con la gente es a través de mis redes sociales. Facebook e Instagram. Y siguiendo con la costumbre de postear cosas con la mejor onda posible. Nunca opinando o metiéndome en la vida de nadie y menos aun en su vida privada.

A raíz de mi regreso a Buenos Aires después de meses de no estar, algunos amigos me pidieron notas y las di. Mauro Viale, Pamela David y Andy en «Podemos Hablar». La última fue la de Infobae. Durante el transcurso de dichas notas surgen ofrecimientos de trabajo en radio y en televisión. Y empezó a sonar mi nombre en todos los medios por mi regreso y debo reconocer que me sentí y me siento bienvenido. Querido.

Esta Semana Santa decidí quedarme en casa en Buenos Aires. Necesitaba descansar y pensar en mi regreso. Escuchar música, leer, buscar material, hablar con amigos, etc. Vi mucho cine y series. La pase bien. Estoy solo porque Tato esta trabajando mucho y no podía venir. Todo plácido. Todo muy agradable. Ayer domingo de Pascua almorcé con Cacho y su familia en su casa.

Hasta que el sábado por la noche tarde empieza a sonar mi teléfono. Era Eduardo Feinmann, mi amigo del alma, que me dice que en tu programa que se supone de prestigio se estaban diciendo barbaridades sobre mí. Una mujer a la cual nunca vi en mi vida, que no conozco, me acusaba de acosador de menores. En verdad no le di demasiada importancia hasta que lo pensé. Y también pensé en escribir esto que hoy están leyendo vos y la gente.

Una vez más soy testigo de una enorme cacería de brujas como en el peor momento de mi Argentina. Una vez más se supone que por tener una elección sexual distinta, que yo expuse en su momento y de manera expresa, uno se convierte automáticamente en un perverso, depravado y abusador de menores. Y no es así. Nunca lo fue. Ni nunca lo será. Tengo y llevo una vida transparente. No ando por la noche. Salgo a comer con amigos. Soy familiero. Estoy mucho tiempo en casa porque me gusta. Disfruto también de mi soledad cuando estoy solo y de la compañía de Tato cuando estamos juntos.

De repente me veo dentro de una lista donde figuran amigos, conocidos, amigos del Papa... amigos de amigos y demás. Y no lo puedo creer.

No puedo creer que un programa de televisión se deje hablar graciosamente de los demás sin ponerle un límite o exigirle pruebas al menos. No puedo creer que importe tanto el rating como para dejar que alguien denoste gratuitamente a gente de bien. A políticos, periodistas , conductores. No entiendo para qué sirven tantos años de trayectoria si terminás haciendo lo que tanto criticaste, terminás dejando hacer algo que tanto daño le hizo a tu propia familia a la cual decís que amas. VOS ME CONOCES.

No me angustia ni me entristece la verdad. Me angustia y me entristece la MENTIRA.
Me hace repensar si todo es valido en nombre del famoso rating. Por uno o dos puntos más se deja destrozar a terceros y no pasa nada. No hay sanción. Hago radio hace casi 30 años y siempre supe que e último responsable de todo lo que se diga en mi programa, diga quien lo diga, SOY YO. Soy el editor responsable. Por acción u omisión el responsable SOY YO.
De la otra mujer no voy a decir una palabra porque, repito, no la conozco, nunca la vi en mi vida, no sé qué hace ni me interesa. Pero seguramente algo debe hacer como para ser invitada a un programa, repito, al que por lo menos yo suponía de prestigio. Este sábado me demostró que estaba equivocado. Y lo lamento en serio.

No todo es lo mismo, no todos somos lo mismo. Tu hijo, al cual conocí, era gay y era un Señor, un caballero, buena gente, gentil. De perfil bajísimo. Con una pareja de muchos años con el cual se amaban de manera incondicional. Si estuviese entre nosotros estaría muy enojado y seguramente avergonzado.

En esa mesa se reflejo de manera indubitable la Argentina que hoy vivimos. Donde nos hacemos daño unos a otros sin sentido. Donde todo está permitido, ya sea por un voto más o por un punto más.

Si tengo que definir en una palabra cómo estoy hoy es la palabra TRISTE. Si triste porque soy Padre, pareja, amigo, buena gente, y por sobre todo tengo principios y códigos que nunca dejaré de lado. Mida lo que mida mi vida. Mi vida no la mide IBOPE. La mide la gente que me quiere y la que no me quiere también.

Tengo que pensar si voy a publicar esto o no. Pero el solo hecho de escribirlo me hizo bien. Es lo que pienso y siento. No necesito denostar a nadie para ser feliz. Nadie está al lado mio por interés. Tengo una vida de privilegio y no la van a ensuciar en un programa de televisión.

Gracias.

Con el respeto y el cariño de siempre. Oscar González Oro El Negrito.