"Nos vamos. Ella tiene un derrame cerebral, no puede pararse ni hablar. Ella no quiere vivir en un cuerpo discapacitado con el cerebro destruido, paralizado y con dolores. La solución es rápida y ruidosa. Llamé al médico, la sacó de la bañera, la colocó en la cama y dijo que `hay que llevarla a un geriátrico donde atienden a las personas con ACV´. Son las 9 horas, tiene bien la presión, las pulsaciones, pero no se puede movilizar, hablar, comer y nada. Nos despedimos, mucha suerte", dice el correo electrónico que Ludwig Sullos le envió a una amiga en forma de despedida.
Las palabras firmadas por Luis (como se hacía llamar Ludwig) en idioma húngaro alertaron  a la amiga de los hermanos de 80 y 85 años, quien se llegó hasta el domicilio donde fueron encontrados los cuerpos por la policía.
Los peritos que realizaron las autopsias descartaron un intento de robo, ya que las puertas y ventanas no estaban forzadas, ni se encontraron rastros de defensa, por lo que tampoco sería viable un homicidio.
El cuerpo de Lily estaba bañado en sangre con un orificio en el pecho y otro en la cabeza,  sentado en un sillón de su habitación, mientras que el de su hermano fue hallado en otro cuarto con un disparo en la sien.

"Nos vamos. Ella tiene un derrame cerebral, no puede pararse ni hablar. Ella no quiere vivir en un cuerpo discapacitado con el cerebro destruido, paralizado y con dolores. La solución es rápida y ruidosa. Llamé al médico, la sacó de la bañera, la colocó en la cama y dijo que 'hay que llevarla a un geriátrico donde atienden a las personas con ACV'. Son las 9 horas, tiene bien la presión, las pulsaciones, pero no se puede movilizar, hablar, comer y nada. Nos despedimos, mucha suerte", dice el correo electrónico que Ludwig Sullos le envió a una amiga en forma de despedida.

Las palabras firmadas por Luis (como se hacía llamar Ludwig) en idioma húngaro alertaron a la amiga de los hermanos de 80 y 85 años, quien se llegó hasta el domicilio donde fueron encontrados los cuerpos por la policía.

Los peritos que realizaron las autopsias descartaron un intento de robo, ya que las puertas y ventanas no estaban forzadas, ni se encontraron rastros de defensa, por lo que tampoco sería viable un homicidio.

Los motivos explicados en la carta confirman el supuesto pacto suicida, en el cual se comprometían a acabar con sus vidas en una situación como la que describe el correo electrónico.

El cuerpo de Lily estaba bañado en sangre con un orificio en el pecho y otro en la cabeza,  sentado en un sillón de su habitación, mientras que el de su hermano fue hallado en otro cuarto con un disparo en la sien.

La investigación tiene como carátula "homicidio seguido de suicidio", ya que la autopsia reveló que las manos de Luis tenían pólvora, lo que indicaría que antes de acabar con su vida, le habría efectuado dos disparos a la astróloga.

La ahijada de Lily, Liliana Chelli, sospecha que en realdiad la decisión habría sido unilateral: "Sabiendo lo creyente que era Lily en Dios, no sé, entiendo lo del mail, pero viste cuando las cosas no cierran... Hablamos muchas veces con ella del respeto al creador, de que Dios es el que te da la vida y el que te la quita. Hablé con ella la semana pasada y, si bien era una mujer grande que tenía sus cosas, estaba todo más que bien".