Fuentes judiciales confirmaron que los peritos declararon ante la jueza letrada de 1er turno, Marcela López, y explicaron que las heridas cortantes que presentaba el cuerpo, entre ellas una en el cuello, no fueron mortales y que aún estaba viva cuando fue enterrada. A esta conclusión llegaron luego de confirmar la presencia de arena en los pulmones de la nena de 15 años.

El vocero de la Corte uruguaya por su parte desmintió la versión de que hubiera sido enterrada viva y arriesgo que pudo haber sido asfixiada contra la arena.

Además, los forenses explicaron a la jueza que el cuerpo no presenta lesiones vinculadas a un abuso sexual.