En una comunicación telefónica con Esteban Mirol; Fabio, hijo del hombre y una mujer que practicaban el culto a San La Muerte y que tuvieron por nueve años encerrada a su hermana Julieta, intentó "justificar" los horrores del garaje de Lugano.

El joven siempre dubitativo intentó explicar porque Julieta estaba desnutrida aduciendo que "ya tenía problemas desde antes de ser adoptada" como si eso justificase que una adolescente pese 20 kilos.

Además Fabio tuvo reiteradas contradicciones en lo que hace al allanamiento ocurrido como así también a la falta de escolaridad de Julieta.

No hay manera que se pueda justificar el horror vivido por esta joven que se suponía debía ser cuidada por una familia sustituta.