Perdieron los oficialismos. Los pocos que ganaron bien, ganaron mucho, hacia adentro de los partidos que los contienen, si es que tienen partidos nacionales. El resto perdió o no ganó con holgura, lo que no es mucho para cantar real envido. Valgámonos de las categorías ganadores/perdedores para sacar en limpio algunas conclusiones de las PASO de ayer. Aunque, claro, hay que esperar octubre, pero esta ‘encuesta nacional’ sirve para pensar con datos.

Ganaron muchos peronistas provinciales, pero pocos con holgura, y ninguno con los números de las presidenciales. El que más, Urribarri, en Entre Ríos. Le siguen a la cola Alperovich y Capitanich. Y Massa. El único (hoy) no FPV que puede meter la cuña hacia adentro del game of thrones de Perón. Massa, sólo disputando en Provincia de Buenos Aires, metió al Frente Renovador como segunda fuerza a nivel país, es decir que el FPV más el FR, esos dos peronismos, manejarán la agenda nacional con vistas al 2015. La única certeza es esa.

Insaurralde es un buen candidato y va a mejorar en octubre, Scioli empató lo que jugó y le alcanza para seguir siendo un candidato firme a suceder a Cristina, que no puede ir a la reelección, y tendrá que mover el avispero con inteligencia e iniciativa para seguir presente en la carnicería hacia la presidencia 2015. Sabemos que sabe hacerlo, y que lo va a hacer. Cristina es la dirigente política más versátil a la hora de encarar los tipos de conducción que la gente pide con el voto. Los que peor parados quedaron hacia adentro del PJ son Beder Herrera, Gioja, Peralta, Urtubey, quienes salvo que la remonten en octubre tendrán que decir adiós a cualquier sueño rivadaviano.

Al Pro, más allá de que en Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba hizo un papel digno, no le sobró nada en Capital, con su mejor (¿único?) alfil: Gabriela Michetti. Lo mismo que De la Sota en Córdoba, con un dos veces gobernador, Schiaretti, siendo oficialismo en la provincia y opositor a nivel nacional, ganó por poco, y podría haber arrasado, pero no. Mauricio Macri tampoco puede ir a la reelección y no se ve que pueda llegar con una bala para la presidencia. Se cae, y con él se cae el Pro, como fuerza distrital, vecinal, porteña. Los Unen sumados ganaron, algunos de esos votos irán a Michetti, pero sí se pelean con el FPV los Unen pueden ganar la capital. Y eso sería el fin del Pro, y la puerta para que un Unen peleé el cetro porteño. En octubre se juega el futuro de esa fuerza política, para mí. Y Martín Lousteu, que hizo una buena elección dentro de Unen, se alza con un perfil jefegobiernista para la ciudad sin peronismo en el corazón. Un perfil que se toca con la idiosincrasia del Pro sin el desgaste de la gestión y con una Michetti que puede guardarse 6 años en la Cámara Alta esperando tiempos mejores.

Cobos y Binner, los grandes ganadores de la elección, cada uno en su provincia, Mendoza y Santa Fe. Dos de Amianto; con Scioli y Reutemann, Los 4 de Amianto. No hay nada que hagan o deshagan que le horaden el 35 de mínimo en sus distritos. Cobos representa un módico resurgimiento de la UCR como partido nacional, fuerza que logró Santa Cruz, Corrientes, y estuvo muy bien en Córdoba, ¡y en La Rioja! Al final no fue tan bueno el rendimiento de Stolbizer/Alfonsín en Provincia, lo que le deja a Cobos en bandeja de plata el partido radical, quien con poco esfuerzo, y una rosca mínima, disputará la presidencia desde ese espacio en 2015. También es para destacar el número de Das Neves en Chubut, pero no tiene un paño más grande que su terruño en donde recoger las fichas, algo así le pasa a los candidatos de Rodríguez Saa, San Luis, San Juan, y Mendoza, y es el límite, aunque le metan onda a la Caba y BA. Das Neves volverá a por la Gobernación, y hará bien.

Hemos visto y revisto que el kirchnerismo es un ave fénix, nadie inteligente puede darlo por muerto, vía Urribarri tiene una salida para 2015 con las banderas en alto; vía Scioli, una salida pragmática, con diputados y senadores propios, y hasta quién te dice vía Massa, eso sí, tras 2015 el kirchnerismo será una primera minoría intensa con la que el que gane se tenga que sentar a negociar. Es inédito que una escisión del peronismo se construya así, como parte de un todo, pero una parte monolítica. Veremos. Todavía es joven la patria.