Este domingo medios de todo el mundo, usuarios de las redes sociales y manifestaciones dieron cuenta de la preocupación del mundo occidental por el flagelo de la violencia machista. Negando el reconocimiento que exige la ciudadanía a través de sus expresiones populares, la justicia continúa en su negativa de incluir una mirada de género en la resolución de hechos donde las víctimas son mujeres.

La antropóloga Rita Segato explicó en un documental del Canal Encuentro de dónde viene esa "conformidad al canon de masculinidad" que se autoadjudican los varones que ostentan lugares de poder para ejercer la violencia física contra las mujeres. 

"Aunque se muestre al feminicida como un monstruo, la espectacularización -mediática- lo muestra potente", define Segato, pero si es la propia justicia la que desestima que el varón es responsable de abuso, es evidente que la resistencia a condenar las consecuencias del patriarcado se hace aún más visible. 

La sentencia final en el juicio por la muerte de Lucía Pérez tiene todos estos condimentos: la investigadora advierte en su reflexión sobre la concepción de refeudalización mundial -por la concentración de riqueza- y ve los asesinatos de mujeres como un "síntoma" de este nuevo sistema de dueños, que se apoderan del capital pero también de los cuerpos.

La filósofa e investigadora del Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género, Diana Maffia, explicó también en su cuenta de Twitter la necesidad de que la justicia no se base solamente en pericias "científicas", ya que hay sobradas pruebas de que no hay imparcialidad desde los "presupuestos de la medicina y la psiquiatría, tan patriarcales que da temblor".

Diana Maffía on Twitter
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