Estudiantes de la Federación Universitaria de La Plata (FULP) se manifestaron este miércoles para exigir que se separe de inmediato de sus cargos de docentes de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), a los jueces Horacio Piombo y Benjamín Sal Llargués, cuestionados por atenuar la condena de un hombre que abusó sexualmente de un nene de seis años, aduciendo que ya había sufrido vejámenes y era homosexual.

El presidente de la FULP, Darío Estévez, explicó que presentaron una nota ante el Consejo Superior de la UNLP, solicitando la inmediata separación de los dos profesores y que se inicie un sumario, de acuerdo con la agencia Télam. Además, en el caso de Piombo, pidieron un juicio académico para que sea expulsado.

Estévez fue parte de la movilización de estudiantes que se concentró este miércoles en la Facultad de Derecho, en la calle 48 entre 6 y 7 de la ciudad de La Plata, donde, además, tenían previsto realizar un escrache a Piombo durante su clase.

“Piombo tenía que venir a las 16 a la Facultad y ahí queríamos hacer un escrache, pero se enteró y suspendió la clase”, detalló el dirigente estudiantil, y agregó: "Queremos que sea suspendido y que no dé más clases”.

Además, Estévez pidió “voluntad política para no tener a personajes como este, con un largo prontuario, en esta casa de estudios”; recordó que la FULP viene “denunciándolo desde 2011", y afirmó: “Todos los bloques políticos van a pedir el jury”.

Más allá del posicionamiento de los estudiantes, el martes el área de derechos humanos de la UNLP manifestó su preocupación por el fallo de los jueces Sal Llargués y Piombo, de la Cámara de Casación Penal bonaerense.

Los argumentos utilizados por los magistrados para morigerar la pena del adulto condenado por el abuso contra un niño, "resultan de una gravedad mayúscula, y violatorias de principios constitucionales y tratados internacionales de Derechos Humanos, por su contenido homofóbico y discriminatorio", señaló esa área en un comunicado.

Además, el área de derechos humanos de la UNLP consideró que "las apreciaciones sobre la existencia de una opción sexual por parte de un niño de seis años abusado en reiteradas oportunidades, y las justificaciones que de allí resultan para concluir que el daño que sufrió no tiene la entidad suficiente para resultar gravemente ultrajante, resultan perversas y demuestran, una vez más, los límites y prejuicios sexistas y clasistas de la mirada judicial sobre una problemática tan grave como es el de los niños y niñas abusados sexualmente por adultos".