A través del caso de la desaparición -y ahora aparición- de Maia Beloso parte de la sociedad parece estar descubriendo la situación de pobreza extrema, violencia y desamparo con la que conviven miles de argentinos que están en situación de calle.

La abuela de la nena de siete años le agregó un nuevo ingrediente al drama: la droga. Así el país se enteró que su hija -la madre de Maia- es adicta a los estupefacientes y no logra salir de su adicción. Habrá quienes la castigue y la culpen por eso, la pregunta es saber qué hará el Estado para ayudarla a salir de su infierno.