Si bien en el nuevo Código Civil existe un artículo que aclara que no se pueden poner nombres extravagantes a lo recién nacidos, el criterio sobre qué es y qué no extravagante termina siendo determinado por los funcionario públicos del Registro Civil.

Los padres del menor nacido en la capital provincial de Santa De argumentaron que el nombre Lucifer significa "portador de luz" y la Dirección provincial avaló el nombre al no encontrarle "un sentido peyorativo".

El director del Registro Civil de la Provincia de Santa Fe es Gonzalo Carrillo Herrera señaló que fue aceptado por ser un nombre y tener un significado no peyorativo (del latín lux “luz” y fero “llevar” se traduce como “portador de luz”), a pesar de que los cristianos identifiquen el nombre con el Diablo.

El nuevo Código Civil señala que poseer nombre y apellido es un derecho y a la vez un deber de todos los seres humanos y otorga mayor libertad para su elección. Por ejemplo, ahora se aprueba la utilización de nombres de pueblos  originarios del actual territorio argentino y latinoamericano.

En Santa Fe  se prohibió un nombre solicitado por una familia de Villa Constitución que intentó ponerle “Yerbabrava” a su bebé, nombre que la justicia consideró peyorativo. Otros nombres que se aprobaron son  Arandú (que en guaraní significa “sabio”), Panambí (“mariposa”, en el mismo idioma), y Tabita (nombre de origen arameo que significa “gacela”).