En 2013 nació en Egipto el proyecto Sit al hita (las mujeres de las paredes, en árabe dialectal egipcio). Con la idea de visibilizar las diferencias sociales que se dan por género.

La periodista y fotógrafa sueca Mia Gröndahl documentó los grafitis para su libro 'Revolution Graffiti: Street Art of the New Egypt' y descubrió que de 17.000, sólo en unos 250 aparecían representadas mujeres. Fue entonces cuando decidió fundar esta agrupación junto con la egipcio-canadiense Angie Balata.

El arte callejero se transformó así en un símbolo de lucha en el que colaboran sesenta artistas del mundo árabe entre hombres y mujeres.  El grupo hasta ahora mostró su arte de protesta en El Cairo, Copenhague y Amán –la última vez, el pasado noviembre–, gracias a la financiación de los gobiernos sueco y danés; según informó El País.

El arte urbano relacionado con la política surgió con la Primavera Árabe de 2011 pero las mujeres seguían invisibilizadas.

"No se trata sólo de representar mujeres. El mero hecho de que los hombres vean a una mujer pintando en la calle subida a una grúa a 50 metros del suelo envía un mensaje", subrayó Gröndahl.

Aunque algunos  de los grafitis más representativos llevan imágenes como un corazón con alas y un candado para representar la represión a las que se ven sometidas las mujeres árabes.