En San Pedro Cutud, Filipinas, miles de turistas y pobladores asistieron a la recreación del martirio y crucifixión de Cristo con la siguiente particularidad: se usaron clavos reales esterilizados para crucificar a varios fieles en cruces de madera.

Mezcla de devoción católica y creencias populares, la 'festividad' incluye a cientos de devotos descalzos caminando por las calles flagelándose, con sangre en sus espaldas.