Se trata de una pintura que tiene un componente hidrófobo que hace que los líquidos reboten en la superficie de la pared. En este caso se intenta repeler el orín de aquellos que salen de los bares y deciden hacer sus necesidades en la vía pública en las madrugadas.

"La pintura envía un mensaje directo a los autores de que su orina no es bienvenida en este muro", dijo Julia Staron, quien organizó un grupo de ciudadanos para presentarle al gobierno esta propuesta.

Si bien intentaron frenar las infracciones con multas no funcionó y finalmente las autoridades de Hamburgo decidieron ir más allá y hacer uso de esta pintura tecnológica.