Mientras el ministro Lombardi critica la falta de un director -¿por qué no lo nombra?- la triangulación de contratos con universidades -si no insertan a los estudiantes en el mercado laboral, ¿para qué sirven?- y la "distorsión de los procesos administrativos" -es un mero eufemismo para disfrazar los despidos-, mirá el torrente cultural que brotó de este monumental proyecto hecho realidad.