"Miembros del directorio de la empresa concesionaria me comunicaron que la situación económica no les permite desarrollar una propuesta técnica o el 'Plan para renovar la visión, misión, compromisos y objetivos del Zoológico de Buenos Aires en el período 2012-2017".
Esas fueron las palabras del ambientalista, Claudio Bertonatti, ahora ex director del Zoo de Buenos Aires e integrante de la Fundación Vida Silvestre, para transmitir su alejamiento del cargo que ocupaba.
Según Bertonatti, la empresa que ahora se hace cargo del parque no tiene interés de modernizar el Zoológico que se encuentra en evidentes deplorables condiciones.
Pero, además de la falta de inversión, el ambientalista denunció que Zoo de Buenos Aires S.A. le manifestó la necesidad de que uno de los socios de la empresa asuma el liderazgo de la institución y que él pasaría a aspectos de conservación, bienestar animal y educación. "Este, claramente, no fue el plan para el que fui convocado", expresó.
"Renuncié, entonces, porque ya no tengo la convicción de que sea posible seguir transformando el viejo zoológico de Buenos Aires en un moderno centro de educación ambiental y de conservación de la fauna", comentó Bertonatti.
Pero las denuncias y críticas sobre el único Zoológico de la Ciudad viene de hace rato. En octubre del año pasado, y en una medida polémica, el gobierno de la Ciudad subastó la concesión del zoológico porteño luego de que ese proceso fuera frenado judicialmente.
El mejor postor fue la misma empresa que en los últimos años dejó el lugar en un estado de abandono total, con la excusa de que se iban del negocio. Esa empresa, es la misma de la que estamos hablando ahora: Zoo de Buenos Aires S.A.
En diciembre, otra vez el Zoo porteño estuvo en boca de todos, cuando murió el oso polar Winner, en la víspera de Navidad.
El oso se encontraba en la mitad de la edad que pueden llegar a vivir y acusaron a la pirotecnia y a las altas temperaturas climáticas sobre su fallecimiento.
El predio del zoo alberga 52 edificios declarados Monumento Histórico Nacional visiblemente deteriorados y abandonados, y 1980 animales de 305 especies.

"Miembros del directorio de la empresa concesionaria me comunicaron que la situación económica no les permite desarrollar una propuesta técnica o el 'Plan para renovar la visión, misión, compromisos y objetivos del Zoológico de Buenos Aires en el período 2012-2017".

Esas fueron las palabras del ambientalista, Claudio Bertonatti, ahora exdirector del Zoo de Buenos Aires e integrante de la Fundación Vida Silvestre, para transmitir su alejamiento del cargo que ocupaba.

Según Bertonatti, la empresa que ahora se hace cargo del parque no tiene interés de modernizar el Zoológico que se encuentra en evidentes condiciones precarias y deplorables.

Pero, además de la falta de inversión, el ambientalista denunció que Zoo de Buenos Aires S.A. le manifestó la necesidad de que uno de los socios de la empresa asuma el liderazgo de la institución y que él pasara a aspectos de conservación, bienestar animal y educación. "Este, claramente, no fue el plan para el que fui convocado", expresó.

"Renuncié, entonces, porque ya no tengo la convicción de que sea posible seguir transformando el viejo zoológico de Buenos Aires en un moderno centro de educación ambiental y de conservación de la fauna", comentó Bertonatti.

Pero las denuncias y críticas sobre el único Zoológico de la Ciudad vienen de hace rato. En octubre del año pasado, y en una medida polémica, el gobierno de la Ciudad subastó la concesión del zoológico porteño luego de que ese proceso fuera frenado judicialmente.

El mejor postor fue la misma empresa que en los últimos años dejó el lugar en un estado de abandono total, con la excusa de que se iban del negocio. Esa empresa, es la misma de la que estamos hablando ahora: Zoo de Buenos Aires S.A.

En diciembre pasado, otra vez el Zoo porteño estuvo en boca de todos cuando murió el oso polar Winner, en la víspera de Navidad.

El animal se encontraba en la mitad de la edad total que pueden llegar a vivir, pero las autoridades del Zoológico acusaron a la pirotecnia y a las altas temperaturas climáticas por su fallecimiento.

El predio del zoo alberga 52 edificios declarados Monumento Histórico Nacional visiblemente deteriorados y abandonados, y 1980 animales de 305 especies, que ahora, corren peligro de extinción.