Fue construido en 1898 como una casa de retiro para personas con tuberculosis  pero luego la historia lo transformó en un hospital para heridos en batalla.

Actualmente una parte minúscula es utilizada para rehabilitaciones neurológicas pero el resto está completamente abandonado y recorrerlo genera escalofríos.

El fotógrafo Kevin Hackert es uno de los publicó imágenes de ese recorrido que parece salido de una película de terror pero que al mismo tiempo resultan majestuosas e históricamente atrapantes.