La gravedad de que los comunicadores justifiquen el sometimiento hacia la mujer -más peligroso es aún cuando se intenta hacerlo pasar como 'humor'- es el típico discurso que legitima la idea de la superioridad del varón.

El hombre de la casa llega y tiene que tener la comida lista, pero ojo: que la 'ama de casa' no repita ningún plato, porque se viene la reprimenda incendiaria. La analogía futbolera, para que un equipo sorprenda desde la táctica, quedó totalmente viciada.