Facundo Martín Conesa, tiene 18 años y es hijo de Eduardo Conesa, uno de los bomberos fallecidos en la tragedia de Barracas.
A continuación, el emotivo texto que Facundo le escribió a su papá en su cuenta de Facebook:
"Hoy volvió a sonar la sirena, esta vez sí era por una emergencia y porque había gente que necesitaba de nosotros, los bomberos voluntarios. Esta vez me tocó ir corriendo solo por la calle totalmente inundada, corriendo sin parar hasta llegar al cuartel, solamente me detuve unos pocos segundos en una esquina para ayudar a una abuela para que no se caiga y seguí viaje.
No pudiste estar físicamente pero sí en mi corazón y en mi espalda empujándome para que corra más rápido hasta el cuartel. Te busqué pero no te encontré para que subamos al auto e ir tras ese sonido que tanto amabas.
En el momento que escuché la sirena justo atendía el teléfono que llamaban a casa, lo dejé en la silla, agarré mi remera y le di un beso a mi vieja, otro a mi novia, acompañando ese beso con un 'te amo' para cada una, y salí al llamado de esa sirena.
Cuando di la vuelta en la esquina de mi casa se me cayó una lágrima pensando en vos viejito, y esa lágrima más tu fuerza me dieron fuerzas para llegar a tiempo y poder ayudar a los que necesitaron en esta intervención. Viejo querido, gracias por haberme dejado este camino tan hermoso que es bomberos. Te amo, héroe".

Facundo Martín Conesa, tiene 18 años y es hijo de Eduardo Conesa, uno de los bomberos fallecidos en la tragedia de Barracas.

A continuación, el emotivo texto que Facundo le escribió a su papá y compartió en su cuenta de Facebook:

"Hoy volvió a sonar la sirena, esta vez sí era por una emergencia y porque había gente que necesitaba de nosotros, los bomberos voluntarios. Esta vez me tocó ir corriendo solo por la calle totalmente inundada, corriendo sin parar hasta llegar al cuartel, solamente me detuve unos pocos segundos en una esquina para ayudar a una abuela para que no se caiga y seguí viaje.

No pudiste estar físicamente pero sí en mi corazón y en mi espalda empujándome para que corra más rápido hasta el cuartel. Te busqué pero no te encontré para que subamos al auto e ir tras ese sonido que tanto amabas.

En el momento que escuché la sirena justo atendía el teléfono que llamaban a casa, lo dejé en la silla, agarré mi remera y le di un beso a mi vieja, otro a mi novia, acompañando ese beso con un 'te amo' para cada una, y salí al llamado de esa sirena.

Cuando di la vuelta en la esquina de mi casa se me cayó una lágrima pensando en vos viejito, y esa lágrima más tu fuerza me dieron fuerzas para llegar a tiempo y poder ayudar a los que necesitaron en esta intervención. Viejo querido, gracias por haberme dejado este camino tan hermoso que es bomberos. Te amo, héroe".