De forma desinteresa, el vecino de Cayastá, al norte de Santa Fe, cedió sus tres caballos para que los agentes policiales pudieran ingresar a un terreno de difícil acceso, donde se presume estaban escondidos los prófugos del penal de Alvear.

Con ese simple gesto, hizo un aporte importante para la captura de los delincuentes. Sin embargo, el cronista de TN se entusiasmó y agigantó el protagonismo del señor.

"Acá somos todos conocidos, así que me pidieron colaboración y yo puse a su diposición mi carro y los caballos. Teníamos que hacerlo entre todos", contó.

"Los policías se jugaron la vida, trabajaron muy bien, los felicito", cerró la entrevista Juan Carlos, el ganadero local que se dedica a criar vacas y vive a dos kilómetros del pueblo.