Si bien algunos consideran que la baja en las matrículas para los chicos con discapacidad se trató de una estrategia para terminar cerrando el colegio, lo cierto es que tanto los empleados como los padres y la comunidad educativa se enteró del cierre a través de un comunicado.

En dicho escrito aseguraban que era posible que esta fuera “la comunicación más triste” que hayan tenido que dar, tal vez olvidando que lo más triste fue cuando quisieron discriminar a sus propios alumnos asegurando que le bajaban el nivel al colegio.

Lo cierto es que los padres y los alumnos deberán buscar otra institución para el año próximo pero no resultará difícil encontrar un colegio con una mirada un poco más humana sobre sus propios miembros.