El ex titular del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), Omar "El Caballo" Suárez, había sido beneficiado con prisión domiciliaria en la causa que está acusado de asociación ilícita. Sin embargo, se apareció en Comodoro Py e hizo un insólito pedido. 

Luego de dos años de domiciliaria, el ex sindicalista se presentó ante el juzgado y pidió volver a prisión porque no soporta a su familia. Hasta el momento, Suárez se encontraba en la casa de una de sus hijas en Vicente López con una tobillera electrónica sobre su pierna. 

La Policía notó que la tobillera comenzó a mostrar una actividad inusual al estar en movimiento y Suárez rompió con el protocolo de quedarse dentro de la casa. Ante esta situación, según contó la periodista de Crónica Silvina Saux, a Suárez lo llamaron a su teléfono que había sido entregado por la propia policía para comunicarse con él ya que había violado su prisión domiciliaria. 

El propio Suárez explicó que se estaba yendo al Tribunal Oral Federal 4, en Comodoro Py, porque se iba "a volver loco" y prefería "volver al penal". Suárez estuvo más de dos años detenido en el penal de Ezeiza, a la espera del juicio que le sigue por los delitos asociación ilícita y entorpecimiento de las vías navegables. 

El ex sindicalista marítimo, líder del SOMU durante 30 años, llegó a los tribunales federales cerca de las 3 de la tarde de este martes 27 de noviembre y afirmó que "tenía la presión por las nubes", que se estaba haciendo "una mala sangre terrible" y no quería "estar más ahí" (en referencia a la casa de su hija), por lo que fue llevado al hospital Británico. 

El sindicalista explicó que la convivencia con su familia era difícil y que le generaba angustia, lo que le provocaba algunas subidas en su presión arterial y agravaba sus problemas cardíacos. Suárez, que  está preso sospechado de haberse quedado con dinero del sindicato marítimo a través de empresas controladas por gente de su entorno, dijo ante el tribunal: "Me van a volver loco, prefiero volver al penal". 

Ante la imposibilidad de devolverlo al penal, por tener concedida una prisión domiciliaria, la Justicia resolvió enviarlo al Hospital Británico, donde permaneció un día internado con controles cardíacos, luego fue derivado a una clínica privada por una semana. Finalmente, se le concedió un cambio de domicilio y espera el juicio en un departamento del barrio de Villa Pueyrredón en la Capital Federal.