La secuencia es lo suficientemente clara para percibir el momento de pánico que sintió el conductor de la moto que se dirigía a su casa después de un entrenamiento de remo y se le puso a la par otra moto.

Para zafar del intento de robo -uno de los motochorros le manoteó el manubrio poniendo en riesgo su equilibrio- aceleró con el consiguiente peligro al cruzar las esquinas.

Finalmente logró alejarse y después de dar un par de vueltas por el barrio -Villa Lych- para asegurarse que no lo seguían, logró regresar a su casa.