El virus no distingue y puede afectar a cualquiera, incluso a quienes en otras épocas del país se creían impunes y ahora purgan condenas por delitos de lesa humanidad.

Es el caso de al menos de los detenidos en la unidad penitenciaria de Campo de Mayo que perdieron la vida víctimas del COVID y otros 28 exmilitares que debieron ser trasladados a unidades de atención para evitar que se siga propagando el virus.

Los casos en las cárceles comienzan a hacerse visibles y es muy difícil detener los contagios dentro de los penales ya que resulta prácticamente imposible mantener la distancia social.