El hombre, apodado "Shrivel", recibió la llamada de un extraño que le dijo: "No me conoces pero sé tu nombre, tu fecha de nacimiento, tu altura, peso y dirección". Esto le pareció un poco escalofriante en la manera en que se dirigió aquel extraño, pero decidió darle una oportunidad.

Y así fue como recuperó su vieja billetera, la cual, admite, que se mantuvo sorprendentemente bien preservada, al igual que su vieja tarjeta de crédito, que aún estaba adentro.

Su carné de estudiante, tarjeta de la biblioteca y viejo documento, sin embargo, no corrieron la misma suerte. Pero es lógico, ya que la billetera se había perdido mientras Shrivel hacía esquí acuático, en 1989.